Aquí lo mismo que en Hispanoamérica , al menos en el caso de Colombia , desde la crisis de 2008 ha habido una prédica por el emprendimiento descomunal . Uno de sus "mandamientos" era el de fracasar para luego , aprendida la supuesta lección , levantarse con más probabilidades de éxito . Y por supuesto , siempre se ponía como ejemplo la excepción que confirma la regla . Jamás de los jamases se mencionaba la losa de deuda que pendía sobre el emprendedor .
En 2024 , con una situación peor , se está dando un gran reemplazo sobre todo en pequeños negocios . Vemos cómo en los barrios proliferan pakistaníes regentando fruterías que apenas cierran , chinos con sus bazares y tomando relevo en la hostelería de bares y cafeterías , venezolanas que reabren bares en pueblos minúsculos que carecen de médico y escuela hace años .
Los mass media al uso celebran este gran reemplazo comercial como una de las virtudes que nos aporta la inmigración , pero nunca acuden al funeral de estos emprendedores ; la mayoría no llegan al año , han de cerrar el negocito que abrieron contrayendo deudas . Silénciese el funeral , que no cese el business del optimismo impostado .
Hoy veremos un enlace ejemplo de lo dicho :
Una ingeniera venezolana que ya no es joven ( otro factor que denota desesperación ) y que NO ha logrado un empleo acorde a su formación ( recordemos que ya han emigrado más de dos millones de jóvenes españoles , la mayoría de alta cualificación profesional ) en el lustro que lleva aquí , abre se diría que a la desesperada una floristería .
La verdad , uno no cree que ni la ciudad ni el país en general esté necesitado de flores . A no ser que se prepare el gran funeral que ya va siendo España en lo socioeconómico .
Entonces si .
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