Hace ya unos meses que aquí critiqué la actitud de los sindicatos españoles , al menos de los dos mayores a nivel nacional , respecto a la inmigración .
Les "acusé" de ver en el inmigrantes nuevos incautos a los que estafar con sus cursillos de formación ( sus datos reales de inserción laboral son malos y eso cuando se dan ) y también potenciales nuevos afiliados , pues España tiene una de las tasas de afiliación más bajas de Europa y aun de la OCDE . Aquí los sindicatos viven de las subvenciones públicas .
Esto cobra más importancia con la reciente muerte del sindicalista Nicolás Redondo Urbieta , de la UGT . Fue quizás el último gran y , sobre todo , coherente sindicalista que tuvo este país . Será recordado por la gran huelga general del 14/12/1988 contra las medidas laborales degradantes que el gobierno socialista de Felipe González pretendía imponer . Lo que no se recuerda tanto es este otro asunto : El caso PSV puso en tela de juicio el prestigio de UGT y enturbió la gestión de Nicolás Redondo (abc.es) que permitió al mismo Gobierno ir amordazando , por así decirlo , al contestatario sindicalista .
Sea como fuere , el caso es que por fin los sindicatos españoles de ámbito estatal parecen estar dándose cuenta de que la inmigración , o , mejor dicho , más inmigración no hace otra cosa que dañar aun más un mercado laboral desastroso :
En otros digitales con un sesgo distinto , como libertad digital , afirman que esta reacción sindical no es por amor a la clase obrera española ( si es que tal cosa existe ) y si más por interés propio dado que quizás temen a un incipiente sindicato más enfocado a la defensa de la mano de obra nacional , española .
Veremos hasta qué punto se les puede aplicar el refrán de Nunca es tarde si la dicha es buena .
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