" El bebé invasor " .
Con ese título la escritora Elvira Lindo publica su columna del domingo de hoy en El País . Es de pago , así que bien puedo estar cometiendo la falta de comentar algo sin conocerlo ( mi economía no me permite pagar por leer , esta es mi disculpa ) . Por eso propongo al lector que haga una cosa : compre él la columna y después compárela con lo que aquí ha leído .
Esa columna es el triunfo en inmigración del dicho de " Una imagen vale más de mil palabras " . Algo perjudicial en dicho tema pues no hace otra cosa que sentimentalizarlo para evitar ya de una vez por todas un debate serio sobre la cuestión . De hecho , imágenes como la del bebé rescatado de las aguas por un guardia civil lo que hacen es abortar las mil y una palabras que , como mínimo , serían necesarias para discutir sobre inmigración sin emocionalismos . Pero no .
Todo se deja en brazos del sentimentalismo , y lo digo no solo por la columna de la señora Lindo . Hoy la película " Adú " ( que ya comentamos aquí en su día junto a lo que sobre ella dijo el evasor fiscal Jesús Vázquez ) se estrena en TV abierta de la mano de Tele -5 . Y también en la prensa local navarra vemos cositas como esta :
O esta otra publicada en el otro diario de la región :
Por supuesto que en todos estos " sentimentalismos " no hay ni asomo de Economía , de los crudos datos que padecemos ...¿ todos ? . No , todos no . Los que más alaban la inmigración son los que más esperan ordeñarla , bien en forma de mano de obra barata , bien en forma de mano de voto barata , como también en forma de subvenciones públicas con las que regar las ONGs y similares que supuestamente hacen trabajo social con la inmigración .
De nuevo se recurre a la cultura , donde la inmigración si aporta cosas positivas ( música y gastronomía , por ejemplo ) , y al victimismo con el que se busca que todo el que ose cuestionar la inmigración se sienta culpable de un supuesto delito que nunca cometió . Uno se acuerda del libro " Fuego y cenizas " del profesor canadiense Michael Ignatieff , donde en un capítulo menciona desencantado cómo las diversas comunidades de inmigrantes presentes en Canadá pugnan unas con otras por conseguir el máximo pedazo posible de la tarta que el Estado se supone ha de repartir con la máxima equidad posible . Y para ello buscan el favor del político y no siempre por el voto .
Si esa lucha soterrada entre " comunidades " se daba en el Canadá de antes de la Gran Reclusión ...¿ ¡ qué no se estará dando en la España arruinada de la Gran Reclusión ! ? .
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