Cualquiera que incluso sin mayor ánimo de investigación esté atento a lo que sucede en su región , observará de un tiempo a hoy un creciente fenómeno : el cierre de pequeños negocios gestionados por inmigrantes .
Pongo como ejemplo el penúltimo caso :
Normalmente suelen ser pequeños establecimientos de hostelería , bares y restaurantes algunos incluso de franquicias ( que se supone son menos costosos de iniciar ) y pequeños comercios textiles o de complementos , como es el caso expuesto .
Suelen ser más mujeres que hombres , personas que llevan quizás décadas en España , que han transitado por variedad de trabajos y sectores casi todos de baja cualificación y que intentando romper el carrusel infinito de empleos precarios sin futuro o siquiera presente , se dejan contagiar de la irredenta moda del emprendimiento .
El tratamiento que los medios suelen dar al emprendimiento inmigrante es de lo más falso ; primeramente aplauden el intento y lo publican como modelo exitoso de integración sociolaboral en el " país de acogida " , después es más difícil que se hagan eco del cierre del negocio sin haber cumplido siquiera medio año . Es un tópico lo que sucede con los bares de pueblo , inmigrantes venezolanas reabren uno en un pueblo de ...¡¡ 200 habitantes !! . El cierre suele acontecer antes de 200 días .
Pero sucede que tal intento a menudo no hace otra cosa que acelerar su ruina pues en un país arruinado como éste intentar competir con las grandes distribuidoras , digitales o presenciales , y con las franquicias es un auténtico suicidio económico . Se sea inmigrante o nativo .
Cabe preguntarse cuanto tiempo falta para que las calles se llenen de carritos con desesperados intentando vender hasta el aire .
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