Se diría que con las décadas el concepto de izquierda se ha vaciado . Antes tenía claro que la base de su afán era la mejora material de la vida de sus defendidos . Así , en la campaña electoral francesa de 1981 el candidato comunista , Georges Marchais , exigía frenar la inmigración porque en el país había dos millones y medio de desempleados nativos e inmigrantes . Tenía el buen sentido de preocuparse por los pobres locales antes que por los foráneos .
Más de cuarenta años después la supuesta izquierda prima al inmigrante sobre el pobre local dado que se ha convertido en una empresa privada de prestaciones políticas con financiación pública , por eso precisa mano de voto barata . Es lo que ve en la inmigración . La unión de pobreza e ignorancia forma su caladero de votos . Los ignorantes son más ingenuos , son más creyentes por la fe que por la verificación de pruebas .
Por si fuera poco , la izquierda ahora da por bueno lo que en los 80 rechazaba : los nacionalismos regionales o minoritarios , ensalza lo identitario .
Así las cosas , ¿ qué obtenemos si unimos inmigración y nacionalismos minoritarios ? , pues aberraciones como esta :
"Además de ampliar cursos, Plataforma per la Llengua exige "políticas valientes" para integrar lingüísticamente a los extranjeros y fomentar el uso habitual del idioma. "
Ya no preocupa lo material y si la identidad nacional , negocio que lucra a las élites regionales pues se ha convertido en su única propuesta impositiva , oxímoron este que demuestra su inutilidad .
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